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Alquiler de coches en República Checa
La República Checa está ubicada en la Europa Central y cuenta con una dimensión comparable a países como Portugal, Austria o Irlanda. En 1993 Checoslovaquia se dividió en dos estados diferentes, Eslovaquia y Chequia. En los últimos años la República Checa se ha convertido en uno de los principales destinos del centro de Europa.
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Los hallazgos más antiguos encontrados en las regiones de Bohemia, Moravia y Silesia datan de la Etapa Lítica, aproximadamente 28.000 a.C. A partir del siglo V se produjeron los primeros asentamientos eslavos y fue en el siglo IX cuando se unieron a Carlomagno y crearon el Imperio de la Gran Moravia. Hasta llegar a la República Checa que conocemos en la actualidad, paso a ser parte del Sacro Imperio Romano Germánico, del Reino de Bohemia y del Imperio Austro-Húngaro.
La ciudad de Praga es la actual capital de la República Checa. Praga pertenece al selecto club de las metrópolis más antiguas de Europa como Atenas, Londres, París y Roma. Este país cuenta con una gran cantidad de monumentos históricos. Por ejemplo, en la región de Bohemia es obligatorio visitar lugares como Český Krumlov, Holašovice y Telč, declarados Patrimonio de la Humanidad y monumentos emblemáticos como el Puente Carlos o el Reloj Astronómico situados en Praga.
La gastronomía de la República Checa es rica tanto en verduras como en carnes o especies y se encuentra muy influenciada a la cocina alemana y austriaca por su posición geográfica. El plato nacional y más popular del país es el cerdo asado con pasta y col. Además, otros platos típicos del país son: Knedlíky (albóndigas), el lomo marinado, utopenec, bramborák, goulash y el que más llama la atención de los españoles es el “španělský ptáček” que traducido al español significa “pajarito español” pero no tiene nada que ver ya que normalmente es ternera. La cerveza es la bebida nacional y sus tipos de cerveza son conocidas en el mundo entero.
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Recorrer República Checa en coche de alquiler
La capital de la República Checa, también conocida como “La Ciudad de las Cien Torres” o “La ciudad Dorada”. En 1992, la belleza de sus calles y su casco histórico fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, por eso, es una de las veinte ciudades más visitadas del mundo.
Karlovy Vary (Karlsbad en alemán) significa en checo “el balneario termal de Carlos” en honor al emperador Carlos IV que fundó la ciudad. Aunque es una pequeña ciudad es reconocida por su elegancia y por su rico patrimonio como son las 12 fuentes termales o las columnatas.
Brno, situada en el sureste del país, es la segunda ciudad más grande de la República Checa. Esta ciudad mantiene muchas de sus tradiciones y costumbres. Los principales lugares de interés son el Castillo Špilberk y el ayuntamiento de la ciudad, custodiado por un cocodrilo.
¿Amantes de la cerveza? Pilsen se hizo famosa por la fabricación de la cerveza Pilsner Urquell y el tipo de cerveza pilsener. Otros dos grandes argumentos para visitar Pilsen son: la Catedral de San Bartolomé (edificio más alto del país) y la Gran Sinagoga (la tercera más grande del mundo).
En el norte de la República Checa nos encontramos con Liberec, fundada en el lugar de una fortaleza y que años más tarde se convirtió en una ciudad. Los turistas que se escapan hasta esta ciudad visitan el ayuntamiento, la iglesia de Santo Crucifijo, la iglesia de San Antonio o la montaña de Ještěd.
Ostrava se encuentra en la región de Moravia del Norte y es conocida como ruta del Patrimonio industrial europeo. Conserva en perfecto estado sus fábricas y es el primer centro metalúrgico y minero del país. Además de visitar las fábricas y minas de Ostrava, también es recomendable visitar el Ayuntamiento Nuevo y la Iglesia Católica de Cirilo y Metodio.