Los primeros registros de residentes en el territorio polaco datan del siglo VI. Este territorio estaba dividido en varias tribus eslavas, hasta que finalmente, los polanos dirigidos por la dinastía Piast, agruparon todas las tierras y dieron nombre a la nación. Ciudades como Poznan o Cracovia fueron las antiguas capitales del reino debido a las incursiones de los tártaros. Tras varias dinastías, Polonia vivió la formación de la Mancomunidad de Polonia-Lituania, la Segunda Guerra Mundial y la creación de las tres repúblicas polacas.
Limita hasta con 7 países: Rusia, Lituania, Bielorrusia, Ucrania, Eslovaquia, República Checa y Alemania. Las principales ciudades polacas son Varsovia, Cracovia, Poznan, Breslavia y Lodz pero también te será irresistible visitar otras pequeñas ciudades como Gdansk, Lublin o Torun. Conocerás increíbles destinos como el Parque Nacional de Bieszczady, los Montes Tratas, los centros históricos de Cracovia y Varsovia, el campo de concentración de Auschwitz o el Castillo de Malbork.
¿Quieres comer en Polonia como un buen polaco? La gastronomía polaca refleja la influencia de una gran variedad de países tanto por su situación geográfica como por su historia, mezclando tradiciones eslavas, alemanas, rusas, turcas, húngaras y hasta francesas. Emplean diversos ingredientes y especias, creando de esta manera platos contundentes y de sabores fuertes. Las bebidas nacionales de Polonia son el té y la cerveza, servidas en vasos grandes.
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